En este misterioso lugar nacen los ríos más importantes del país, donde los páramos alimentan de vida las cuencas del Cauca, el Magdalena y el Amazonas. Y es también la cuna de la cultura andina de Colombia, sus orígenes ancestrales, donde enigmáticos monumentos de piedra se mantienen en equilibrio sobre exuberantes laderas y donde impresionantes cadenas montañosas protegen tumbas subterráneas dibujadas. Pero estas montañas no sólo albergan los secretos de civilizaciones perdidas en los Parques Arqueológicos de San Agustín y Tierradentro, la región del Macizo Colombiano sigue siendo, hoy día, el corazón de algunos de las comunidades indígenas más distintivas del país, como las de Silvia y Sibundoy, que mantienen vivos sus saberes y costumbres ancestrales.
Un destino para explorar, bendecido por una geografía maravillosamente variada, coronada por los etéreos paisajes brumosos del páramo y las cimas de los volcanes del PNN Puracé. Esta mágica región es hogar del planetario natural más grande de Colombia, el Desierto de la Tatacoa, de la Cascada del Fin del Mundo, una majestuosa caída de agua que se esconde en medio de la Selva Amazónica y de la mítica Laguna de la Cocha. Pero el Macizo Colombiano alberga también una de las ciudades coloniales más importantes de Colombia, “la Ciudad Blanca” de Popayán, donde se celebra su Semana Santa, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y del impresionante Santuario de Las Lajas, construido en el borde mismo de un abismo, en la cordillera de los Andes, a casi tres mil metros sobre el nivel del mar.