Pie de foto: Paisaje del páramo de Sumapaz en el departamento de Cundinamarca, Colombia.
Crédito: Javier Crespo // Shutterstock.com
Gracias a sus múltiples páramos, Cundinamarca es una fábrica de agua. Sus paisajes repletos lagunas, ríos y cascadas son el hogar de una gran diversidad de flora y fauna, y escenario de leyendas e historias ancestrales que hablan del valor del recurso hídrico. En este departamento, la vida y la cultura se desarrollan en torno al agua, lo que lo hace un destino ideal para quienes buscan actividades ecológicas, de aventura y al aire libre.
Ubicado en los Andes Orientales, Cundinamarca es un departamento con una invaluable riqueza hídrica. Sus paisajes en los que abunda el agua por la multitud de cascadas, lagos, lagunas, ríos, humedales y embalses, hacen que todas las vivencias se relacionen con este recurso hídrico, y que su protección y cuidado sea una prioridad entre sus habitantes.
Cundinamarca alberga múltiples páramos. El Páramo de Sumapaz, considerado uno de los más grandes del mundo, es una de las fábricas de agua más importante de la región, así como una de las principales fuentes hídricas del país.
El departamento cuenta también con varios embalses donde se aprovecha el agua para la generación de energía eléctrica que abastece a buena parte del país y donde los visitantes pueden disfrutar de paisajes únicos para contemplar la flora y fauna del bosque andino y experimentar un sinfín de actividades. En el Parque Embalse de Neusa, ubicado en los municipios de Cogua y Tausa, se pueden realizar caminatas ecológicas, acampar y hacer pesca deportiva.
Otros escenarios que atraen a los visitantes son el Parque Natural Chicaque, el Ecoparque Los Trapiches y La Chorrera, donde las experiencias van desde la práctica de deportes extremos como el canopy, rápel, rafting y el torrentismo, hasta caminatas ecológicas para apreciar la riqueza natural que albergan.
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Cundinamarca tiene un rico legado histórico heredado de la cultura Muisca, del cual provienen leyendas como la de El Dorado, que revelan el valor sagrado de las lagunas por ser consideradas la morada de los dioses, o la importancia de las esmeraldas cuyo intenso color era símbolo de agua, fertilidad y la fuerza de la vida.
Parte de los atractivos turísticos de la región tienen que ver con ese legado indígena, como lo son la Laguna de Guatavita o el Salto de Tequendama. Actualmente, las empresas de turismo trabajan por mantener viva la herencia cultural del departamento, a través de actividades que recrean y dan a conocer a los visitantes la vida de los indígenas muiscas y su influencia hasta el día de hoy.
Cundinamarca invita a escuchar las leyendas, nombres y lugares importantes para los indígenas muiscas, reconociendo su llegado, así como a recorrer los caminos ancestrales mientras se contempla su riqueza natural con respeto, tranquilidad y silencio.
Cita destacada: Cerca a Bogotá se encuentra el Parque Nacional Chingaza, que se destaca por sus paisajes llenos de frailejones y donde se encuentran las lagunas de Siecha y Chingaza, antiguos santuarios indígenas que eran escenarios de peregrinaciones y ceremonias.
La Catedral de Sal de Zipaquirá es un sitio turístico que sobresale por su infraestructura y su belleza arquitectónica. Ese monumento, considerado Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación, invita a los visitantes a sorprenderse con la colección de esculturas religiosas de mármol y sal, y sus tres secciones principales: el viacrucis, la cúpula y las naves de la catedral.
Pie de foto: La Catedral de sal está ubicada en el municipio de Zipaquirá y se encuentra a 180 metros bajo tierra.
La Catedral de Sal hace parte de un complejo temático llamado Parque de la Sal, donde se narra y conmemora la relación ancestral del departamento con la sal, la minería y la religiosidad, a través de atracciones como el Museo de La Salmuera, El embalse, el Domo Salino, La mina y la plaza. Este lugar ha generado un gran interés entre turistas nacionales y extranjeros aficionados a la geología, la historia y el turismo religioso.
En los barrios con áreas rurales de Bogotá se encuentra la otra cara de la capital del país, donde es posible desconectarse de la agitada vida de la ciudad para acercarse a la naturaleza a través de actividades como el senderismo y la pesca. En Ciudad Bolívar y Usme se pueden visitar atractivos como el Embalse La Regadera, el Agroparque Los Soches y la Ruta Campesina de Ciudad Bolívar.
El agroturismo se ha convertido también en una oportunidad para que los visitantes conozcan las tradiciones y labores de las familias campesinas. Ellos son los herederos del legado del cuidado y el respeto por los recursos naturales que promulgaban los Muiscas y que mantienen vivo cada día en su manera de trabajar la tierra y de producir los alimentos, libre de químicos y a partir de procesos artesanales.
Destacado: La Ruta de la Panela es una experiencia donde los turistas podrán conocer el proceso de elaboración artesanal de este alimento característico del departamento.
La oferta gastronómica tradicional comprende platos como la fritanga, la chicha, el ajiaco, la panela, el piquete campesino y los amasijos. Sin embargo, también es posible encontrar propuestas más comerciales y de gran reconocimiento nacional e internacional como la del restaurante Andrés Carne de Res.
Pie de foto: Andrés Carne de Res es uno de los restaurantes y destinos turísticos más populares del país. Se encuentra ubicado en el municipio de Chía, a las afueras de Bogotá.
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