Vaupés, la puerta de entrada a la magnífica selva colombiana

Vaupés se caracteriza por la inmensidad de su selva y riqueza hídrica. Una tierra donde conviven un sinfín de culturas que luchan por preservar su conocimiento ancestral y salvaguardar el medio ambiente.

Con más de 54.000 km de extensión, el departamento del Vaupés se caracteriza por su selva inhóspita, sus ríos interminables y sus raudales y cachiveras bravías. Hace parte del escudo Guayanés, una de las formaciones geológicas más antiguas del mundo, por lo cual sus paisajes se ven impregnados de tepuyes que se levantan en medio de la inmensidad y albergan una impresionante diversidad biológica de fauna y flora.

Riqueza hídrica y biodiversidad de aves

El Vaupés es un territorio con una gigantesca riqueza hídrica, compuesta por ríos como el Apaporis, Vaupés, Querarí, Isana, Papurí y Taraira. También posee dos de los raudales más espectaculares de la selva amazónica: Yuruparí y Jirijirimo, así como abundantes cascadas que demuestran el poder y la magnificencia de este recurso natural en esta parte del país.

Su capital es Mitú, reconocido por ser uno de los mejores lugares para realizar avistamiento de aves. Esto se debe no solo a las más de 550 especies que han sido identificadas en la región, sino también por la particularidad de la altura de sus árboles, que facilita la observación y reconocimiento de distintas especies.

Pie de foto: Un 66, 63 % de los habitantes en el Vaupés son indígenas.

Las aves y los ríos representan el origen ancestral para los grupos étnicos de todo el departamento. Simbolizan tanto buenos como malos presagios, también son indicadores del tiempo y muchas de sus historias ancestrales son relatadas a través de los encantos y poderes que tienen las aves.

En general se trata de un departamento que poco ha sido explorado, pero posee impresionantes paisajes naturales y una importante comunidad indígena. A él solo se puede llegar por vía aérea, marítima o terrestre (por medio de la selva).

Riqueza indígena

En el Vaupés existen alrededor de 27 etnias indígenas, por lo cual se considera que es el departamento de mayor importancia referente a esta cultura. Los piratapuyos, desanas, tucanos y cubeos son algunas de las comunidades con mayor presencia en el territorio, estos tan solo representan el 37 % de la población total indígena.

A pesar de que cada grupo tiene su lengua, tradiciones y creencias, comparten la misma creencia referente la Anaconda Ancestral, la figura creadora de su cultura y orden social, quien además dio vida a los grupos étnicos. Para los indígenas del territorio es importante vivir en comunidad, se respaldan unos a otros y, así estén divididos por clanes, son una gran familia. Viven en completa armonía con su entorno,  son conscientes y respetan la personificación de la Madre Tierra y que gracias a ella surge y se desarrolla la vida.

Música con historia 

En el Vaupés, la música y la danza se hacen presentes en las reuniones con los clanes. Su función es fortalecer la unión y las tradiciones, así como recrear la cosmogonía de sus pueblos. En esta región es común ver el baile del yarumo, con el que se celebra la subienda del pescado, es decir, en sus danzas se representa a los peces que están desovando.

La danza del carrizo, por su parte, rememora la tradición y la música que crearon los ancestros. Está conformada por el carrizo mayor, quien dirige la melodía y a los carrizos menores, dicho ritmo se recrea para los encuentros de celebración. También, esta danza está presente en todas las fiestas tradicionales.

Cita destacada: La danza del carrizo lleva el nombre del instrumento que se utiliza para tocar la melodía. El carrizo es un pequeño instrumento de viento elaborado con segmentos de una caña hueca, cortados a diferentes longitudes.

Gastronomía

La base de la gastronomía del Vaupés se basa en los alimentos que se consiguen en su selva y ríos. Lo único que traen fuera del departamento es la sal.

El plato estrella del departamento es la quiñapirá, pescado cocinado con ají que se conserva en la olla durante varios días. Este plato está presente en todas las celebraciones, hogares y visitas de las comunidades del departamento.

Otras preparaciones típicas de la región es el casabe y fariña, la carne de lapa, él chive de patavá, el pescado moqueado, pilao de cerrillo y el mojojoy.

Total desconexión

El Vaupés ofrece a los visitantes la posibilidad de alejarse de la civilización y conectar con la naturaleza y los valores de las comunidades indígenas que habitan allí, a través de experiencias orgánicas como recorrer el río, subir a los cerros y observar la selva, identificar, escuchar y observar las aves.

Algunos de los lugares que posibilitan estas vivencias son el Parque Nacional Natural Yaigojé, un espacio protegido que se sitúa entre las cuencas de los ríos Apaporis y Caquetá. Tiene una extensión de más de un millón de hectáreas de una riqueza biológica incalculable y es el hogar de varias comunidades indígenas que trabajan por la conservación de su patrimonio natural y cultural.

Otros destinos excepcionales son el Raudal de jirijirimo, uno de los saltos más impresionantes del país, el río Vaupés, una de los principales afluentes de río Negro y el Cerro Way Reariku, un maravilloso tepuy en formación.

También el Centro Camino Reriku, con una altura de 620 metros, y el Cerro Urania que, según los habitantes del departamento, era la casa ancestral del Cerro Way Reariku, un maravillo tepuy en formación.

Crédito: Keney // Shutterstock

Pie de foto: Los últimos 50 km del río Apaporis forma la frontera natural con Brasil.